La vocación de Simone W. excluye también la participación de otros. Es una vocación de soledad que consiste, como si de un filósofo antiguo se tratara, en ponerse al final de la cola, por debajo del que carece de todo, por detrás del último hombre, del más desgraciado, del más humillado. Es la misma que en diversas ocasiones a lo largo de su vida la lleva a no comer o a restringirse el alimento, la última de ellas con resultado de muerte.

Prólogo “A la Espera de Dios”

Infancia

Nació en París en el seno de una familia burguesa judía agnóstica el 3 de febrero de 1909. Su padre, Bernard Weil, era judío médico no creyente. Su madre, Selma, era ama de casa. Su único hermano, André,  dos años y medio más que ella, tenía un talento intelectual extraordinario. Será un famoso matemático del siglo XX. Ambos fueron educados en un agnosticismo laico. Ella misma dirá: fui educada por mis padres en un agnosticismo completo.

Simone Weil y su padre

Con tan solo 5 años, al estallar la Primera Guerra Mundial (1914) apadrina a un soldado, al que manda cosas de las que se privaba. Dos años más tarde, acoge con cariño en su casa a una prima que acababa de perder a su madre. Su caridad con los demás, contrasta con su continuo débil estado de salud.

Aunque el nombre mismo de Dios no formaba parte de mis pensamientos, tenía res­pecto a los problemas del mundo y de la vida la concepción cristiana de manera explícita, rigurosa, incluidas las nociones más específicas que tal concepción implica. Algunas de esas nociones están en mí desde hace tanto tiempo como alcanza mi memoria. 

Simone Weil

Adolescencia

En 1919 ingresa en el Liceo Fénelon y forma una asociación con fines caritativos. Sin embargo, a los 14 años, frente al talento de su hermano, sufre una enorme crisis enorme: 

Pensé seriamente en morir a causa de la mediocridad de mis facultades naturales. Las dotes extraordinarias de mi hermano, que tuvo una infancia y una juventud comparables a las de Pascal, me forzaron a tomar conciencia de ellas. No lamentaba los éxitos externos, sino el no poder abrigar esperanzas de acceso a ese reino trascendente, reservado a los hombres auténticamente gran­des, en el que habita la verdad. Prefería morir a vivir sin ella.

Simone Weil

La certeza de que cualquier ser humano podría llegar a alcanzar la verdad la llevó a superar esta crisis, marcándola para toda la vida. Tras su etapa en el Liceo Duruy, donde destacó por su inteligencia, entró en el Instituto Henri IV, de gran prestigio, donde se preparó para entrar en la École Normale Supérieure.

Foto de Simone Weil  con 12 años

En el Instituto conoció a uno de los filósofos más influyentes de su vida: su maestro Alain (Émile Chartier) que la preparó para el examen de ingreso, en lugar de ir a la Sorbona como hacían otros muchos compañeros.

Allí estuvo desde 1925 hasta que en otoño de 1928, con 19 años, entró en la École Normale Supérieure de la Rue d’Ulm, en París. Era la única mujer de su clase. En esos años colaboró con movimientos sindicales y con la “Revolución Proletaria”.

En cuanto al espíritu de pobreza, no recuerdo ningún momento en que haya estado ausente de mí, en la medida, lamentablemente escasa, en que era compatible con mi imperfección. Me sentí fasci­nada por san Francisco desde que tuve noticia de él. Siempre he creído y esperado que la suerte me llevaría un día por la fuerza a ese estado de vagabundeo y mendicidad en que él entró libremente.

Simone Weil

Foto de Simone Weil en 1922

Profesora

Simone, una mujer valiente y comprometida, vivió una vida llena de desafíos y logros significativos. En ese mismo año de 1929, publicó dos artículos en la revista «Libres Propos», bajo el seudónimo de Alain. Estos artículos, titulados «De la perception, ou l’aventure de Protée» y «Du temps», reflejaban su interés por la filosofía y la percepción.Su deseo de acercarse más a los trabajadores para poder experimentar sus condiciones  de vida la llevó en el verano de 1929 a trabajar en el campo con unos parientes en la recogida de patatas durante diez horas al día. Ese mismo año experimentó la pérdida de su abuela que había fallecido de cáncer a los 79 años.

En el curso 1929-30 realizó su trabajo final titulado La ciencia y la percepción en Descartes. Escribió manuscritos sobre Dios. Comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza que la acompañarán  siempre.

También dedicó tiempo a escribir manuscritos sobre Dios, explorando su espiritualidad y reflexionando sobre temas teológicos. En 1931, durante sus vacaciones de verano en Reville, Simone se acercó a los pescadores de la zona. Aunque algunos la rechazaron, la familia Lecarpentier la aceptó. En ese momento, ya era una catedrática de Filosofía en el instituto de Le Puy, su primer destino como profesora.  Además de su labor docente, mostró solidaridad con los desempleados, dividiendo su paga con ellos y participando activamente en la lucha sindical.

Al año siguiente (1932), escribió un artículo titulado «L’Effort» y luego se tomó un mes de descanso en París. Viajó a Alemania con el deseo de analizar las bases políticas del partido nazi. Al regresar, fue destinada a Auxerre, una ciudad donde no encontró la felicidad debido a su entorno burgués y a sus alumnos, hijos de oficiales.

Lo que quiero es vivir la vida de los pobres, compartir sus duros trabajos, vivir sus sufrimientos , comer en su mesa.

Simone Weil

Durante sus vacaciones en España, ayudó a los refugiados alemanes que huían del régimen de Hitler. Además, se conmovió por la difícil situación de las prostitutas en Roanne y dedicó tiempo a cuidar de su salud mientras trabajaba en su texto más famoso, «Reflexions sur les causes de la liberté et de l’oppression sociale».

En 1934, Simone estuvo convaleciente debido a un absceso en la garganta. Aprovechó ese tiempo para trabajar en su gran obra, que finalizó en diciembre. Adoptó la condición obrera y comenzó a trabajar en una fábrica de electricidad llamada Alsthom, donde alquiló un pequeño cuarto en el último piso de un edificio.

Sin embargo, un grave accidente la obligó a darse de baja y dejar Alsthom.En 1935, Simone decidió abandonar su puesto de profesora e ir a París para comenzar a trabajar como peón fresador en la fábrica Renault. Esta experiencia le dejó una profunda marca de la esclavitud y la opresión. Durante este tiempo, escribió «Réponse à une lettre d’Alain» y sufrió un accidente cuando una perforadora le atravesó el pulgar.

Simone Weil en la fábrica de Renault

Posteriormente, Simone dejó Renault en agosto de 1935 y se dirigió a España, donde tuvo la oportunidad de viajar a Portugal. Fue allí donde descubrió el cristianismo como una religión de los oprimidos. En Póvoa de Varzim, tuvo su primera experiencia religiosa cristiana profunda al contemplar una romería.

Luego, se dirigió a Bourges (Francia), donde debía comenzar su nuevo trabajo como profesora. Allí vivió con Alicia Angrand, profesora de inglés. Sin embargo, Simone viajó a París debido a las noticias sobre las huelgas y la victoria del Frente Popular.

En 1936, Simone se alistó como brigadista para participar en la guerra civil española, pero fue evacuada rápidamente a su país después de quemarse una pierna con aceite caliente. Sus padres fueron a buscarla y gracias a la intervención de su padre lograron sacarla del hospital militar.

Fotos de Simone Weil  en  España

Al año siguiente (1937) realizó un viaje a Asís, donde experimentó su segunda experiencia mística cristiana en la capilla de Santa María de los Ángeles. Fue allí donde, por primera vez en su vida, se sintió obligada a arrodillarse debido a una fuerza interior más fuerte que ella misma. El 19 de junio regresó a España y en octubre se convirtió en profesora en Saint Quentin, una ciudad obrera cerca de París.

En marzo de 1938, Hitler entró en Viena (Anschluss). En ese momento, Simone decidió realizar un viaje con su madre al monasterio de Solesmes, con el deseo de escuchar cantos gregorianos durante la Pascua.

Fue en este encuentro con el cristianismo que experimentó de manera profunda y decisiva la Pasión de Cristo, sintiendo que Cristo mismo descendió y la tomó. Simone guardó este evento en secreto, por lo que es difícil determinar la fecha exacta en la que ocurrió. Este encuentro transformó su mirada sobre el mundo y llevó a Simone a abandonar la enseñanza.

En noviembre de 1939, su hermano fue acusado de espía debido a su presencia en Finlandia durante la invasión rusa. Fue condenado a cinco años de prisión, aunque él había solicitado ir al combate. Simone acudió a Cherburgo en apoyo a su hermano en esta difícil situación.

De Francia a Nueva York

En el año 1940, Simone, junto con sus padres, se vio obligada a huir de París ante la inminente llegada de las tropas alemanas. El 13 de junio, en medio de la incertidumbre y el miedo, emprendieron su escape, pero lamentablemente al día siguiente, la ciudad cayó bajo la ocupación alemana.

Su huida los llevó a diferentes lugares en busca de seguridad. Primero se refugiaron en Nevers, luego en Vichy, donde las condiciones eran tan precarias que Simone comenzó a dormir en el suelo.

Posteriormente, se trasladaron a Toulouse, pero su estancia allí fue breve, ya que el 15 de septiembre continuaron su viaje hacia Marsella, donde finalmente se reunieron con su hermano.

En Marsella, Simone hizo una solicitud audaz: quería ir a Argelia. Durante este tiempo, también estableció una relación con la revista «Cahiers du Sud», donde publicó varios artículos bajo el seudónimo de Emile Novis, un anagrama de su nombre. Además, se sumergió en la traducción de las obras de Platón y escribió textos de naturaleza pitagórica, como «Intuitions pre-chrétiennes».

Durante el año 1941, Simone tuvo un encuentro que marcaría su vida. Conoció a J.M. Perrin, un sacerdote dominico con quien colaboraría en la redacción de parte de los materiales que serían publicados en «Attente de Dieu», una obra que incluía cartas y reflexiones espirituales.

Simone también se involucró en actividades de la Juventud Obrera Católica (JOC), asistiendo a dos reuniones que le permitieron conectar con otros jóvenes comprometidos con su fe y la justicia social.

Pase de Simone Weil (1909-1943), cuando trabajaba para la resistencia francesa, expedido meses antes de su muerte.

Londres. 

En 1942, el panorama cambió nuevamente para Simone y su familia. El 14 de mayo se dirigieron a Casablanca, donde se instalaron en un campo de exiliados. Luego, el 7 de junio de 1942, partieron hacia Nueva York. Aunque Simone anhelaba regresar a Londres, su sueño se vio frustrado cuando una vez llegó a la ciudad el 10 de noviembre de 1942 y no era como esperaba. Allí, trabajó como redactora en una pequeña oficina, demostrando su talento y productividad literaria en medio de un entorno decepcionante.

En abril de 1943, un acontecimiento trágico sacudió la vida de Simone. El 15 de ese mes, fue encontrada desmayada en el suelo de su casa y rápidamente fue trasladada al hospital de Middlesex. Aunque su condición mejoró inicialmente, su negativa a comer empeoró su estado de salud.

Debido a su grave situación, Simone fue trasladada al sanatorio de Grosvenor, ubicado en Ashford. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos médicos y el cuidado brindado, su salud continuó deteriorándose hasta que finalmente, el 24 de agosto de 1943 murió.

El 30 de agosto, Simone fue enterrada en el New Cemetery de Ashford, en una sección reservada para los católicos. En ese día, sólo siete personas se reunieron para despedirla en su último adiós. Lamentablemente, el sacerdote encargado de oficiar la ceremonia no llegó a tiempo debido a la pérdida de su tren.

La muerte de Simone, ocurrida a la temprana edad de 34 años, dejó un profundo dolor en aquellos que conocieron su valía y su espíritu inquebrantable. Según el informe de muerte, se determinó que Simone se había negado a sí misma la ingestión suficiente de alimentos, lo que llevó al diagnóstico de tuberculosis.

Se consideró que esta negativa fue producto de un trastorno en sus facultades mentales en ese momento.

Tabla cronológica

FechaEvento
3 feb 1909Nacimiento en París en el seno de una familia burguesa judía agnóstica.
1914Estalla la Primera Guerra Mundial
1916Acoge a una prima en su casa
1925Ingresa en el Instituto Henri IV
1926Aprueba brillantemente los exámenes para ingresar a la Escuela Normal
1929Muere su abuela
1929-30Trabajo final de curso y manuscritos sobre Dios
1931Se convierte en catedrática de Filosofía en el instituto de Le Puy
1932Escribe «L’Effort»
1933Escribe «Perspectives» y ayuda a los refugiados alemanes
1934Convaleciente por un absceso en la garganta y trabaja en una fábrica
1935Trabaja en Renault y escribe «La condition ouvrière»
1936Se alista como brigadista para la guerra civil española
1937Viaje a Asís
1938Viaje al monasterio de Solesmes
1939Su hermano es acusado de espía y huye de París
1940Huye de París y se traslada a Marsella
Jun 1941Conoce a JM Perrin
1942Se va a Casablanca y luego a Nueva York
10 nov 1942Regresa a Londres
1943Publica «L’Enracinement» y fallece el 24 de agosto

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