Nos encontramos con dos versiones del Sistema Preventivo de don Bosco: La primera escrita en el año 1877 que hemos comentado y sintetizado hasta ahora, la hemos titulado con el nombre El Sistema Preventivo en la educación de la juventud.
La segunda escrita en el año 1878 es una obra que ‘’Don Bosco dirigió al ministro del Interior, Francesco Crispi’’[1] y que tiene el mismo nombre de El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, aunque se le ha añadido entre los jóvenes en situación de peligro (pericolanti), para poder diferenciarlos y ‘’con el objeto de poner de relieve los aspectos más característicos de su contenido’’[2]. Así nos encontramos con un segundo documento (carta) titulado: El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, entre los jóvenes en situación de peligro (pericolanti).
Encontramos en ambos documentos frases repetidas y parecidas como:
- ‘’Dos sistemas son usados en todos los tiempos para educar a la juventud: Preventivo y Represivo’’ usado en el primero y ‘’Dos son los sistemas usados en la educación moral y civil de la juventud: Preventivo y Represivo’’, en el segundo.
- ‘’El Sistema Represivo consiste en hacer conocer la ley a los súbditos, después vigilar para conocer a sus trasgresores e imponer, donde proceda, el merecido castigo’’ se dice en el primero, y en el segundo leemos ‘’El Sistema Represivo consiste en hacer conocer las leyes y la pena que aquellos establecen; después, la autoridad debe vigilar para conocer y castigar a los culpables’’.
Sin embargo, por otra parte encontramos ‘’relevantes diferencias’’[3] entre ambos escritos de manera que podamos hablar de dos versiones diferentes. Porque aunque ambos tengan la finalidad de repercutir en los jóvenes y en la prevención de estos, en realidad podemos hacer una primera diferencia en este fin común.
Por ello, antes de entrar más a fondo a ver este segundo escrito, escribiré ayudado por Prellezo ‘’Algunas diferencias entre las dos versiones del Sistema Preventivo’’[4]
La primera que quiero destacar es el tipo de jóvenes en los que piensa don Bosco al escribir ambos escritos. El primer escrito va dirigido a aquellos que trabajan en sus obras y proyectos, para aplicarse a los jóvenes que viven en ellas o que entran en contacto de alguna manera en sus oratorios. Sin embargo, este segundo escrito a dirigido a ‘’presentar las bases sobres las que se puede regular el Sistema Preventivo aplicado entre los jóvenes en peligro en las calles públicas o en las casas u hospicios de educación’’[5].
En palabras de Prellezo: ‘’El fascículo de 1877 es la expresión madura de la manera de educar de don Bosco en sus instituciones. El sintético escrito de 1878, en cambio, tiene un cierto carácter sociopolítico’’[6]
Además de la diferencia en extensión, donde encontramos un primer escrito un poco más extenso que el segundo, tenemos que ver lo que nos dice Prellezo sobre la diferencia entre ambos en el tema religioso:
‘’En el memorial dirigido al laico Francesco Crispi, el firmante es intencionalmente más reticente respecto a los contenidos del Sistema Preventivo (refiriéndose al primero), especialmente, en el terreno religioso, aunque no deja de destacar que con el Catecismo se da el alimento moral proporcionado e indispensable a estos pobres hijos del pueblo’’[7].
ESTRUCTURA DEL SISTEMA PREVENTIVO DE 1878
Tras una breve introducción donde don Bosco expone la diferencia entre los dos sistemas usados (Represivo y Preventivo), como ya hemos visto antes, el breve escrito se divide cinco partes[8]:
- Sistema Preventivo y Represivo en la sociedad.
- Qué muchachos deben considerarse en peligro.
- Remedios.
- Intervención gobernativa.
- Resultados.
En el primer punto de nuevo nos expone don Bosco en qué consiste el Sistema Represivo, añadiendo una precisión muy importante a mi parecer y que transcribiré tal cual:
‘’Este es el sistema (refiriéndose al Represivo) que se usa en el ejército y en general con los adultos. Pero los jovencitos, al faltar de instucción y reflexión, excitados por los compañeros o por la irreflexión, se dejan arrastrar con frecuencia ciegamente al desorden por el único motivo de que están abandonados’’[9].
En el segundo punto propone cuatro tipologías de chicos que pueden considerarse en peligro y en riesgo de convertirse en un problema. Estos cinco tipos son:
- Jóvenes que emigran de sus pueblos a las ciudades para buscar un trabajo que muchas veces no encuentran.
- Jóvenes que quedan huérfanos y sin nadie que les atienda.
- Jóvenes que, aunque tienen padres, éstos no cuidan de ellos.
- Jóvenes vagabundos que ‘’caen en manos de la autoridad de seguridad pública, pero que todavía no están pervertidos’’[10].
En el tercer punto expone una serie de propuestas al ministro para poner remedio a este tipo de jóvenes, que son tres:
- Patios de recreo donde haya diversión, música, gimnasia, carreras, saltos, declamación, teatro. También escuela nocturna, dominical y catecismo.
- Buscar a los jóvenes sin patrón un trabajo y asistirlos durante la semana.
- A los que no tienen casa, ropa ni alimento se debe proporcionar un hospicio o casas de prevención.
En el cuarto punto propone al gobierno que coopere de alguna manera con aquellos que apuestan como él por estas iniciativas. Así pide al gobierno el suministro de patios de recreo y materiales necesarios para la escuela, que facilite locales para hospicios, así como un subsidio para los alumnos admitidos libremente. ‘’Este subsidio se limitaría a un tercio de lo que costaría un joven en la Generala de Turín’’[11].
De este modo, en el quinto y último punto, propone los resultados que obtendría de todo esto:
- Jóvenes salidos de las cárceles que puedan ganarse honradamente el pan.
- Jóvenes en peligro de causar molestias que serían educados.
En el último punto demuestra cómo ‘’de los registros consta que no menos de cien mil jovencitos atendidos, recogidos, educados con este sistema aprendieron, unos la música, otros la ciencia literaria, otros un arte u oficio y se han convertido en excelentes artesanos, empleados…’’[12].
Profundización en el escrito
Este escrito es redactado por don Bosco ‘’durante su estancia en Roma, que comenzó el 22 de Diciembre de 1877 y se prolongó hasta el 26 de Marzo de 1878’’[13]. Como ya hemos dicho es dirigido a ‘’Francesco Crispi (1818-1901), político italiano, varias veces ministro y presidente del Consejo de Ministros perteneciente a la izquierda histórica’’.[14]
Dos son las motivaciones que nos explica don Braido sobre el interés de don Bosco en escribir esta carta: la motivación pedagógica y el hecho de encontrar en Roma una sede activa para su Sociedad religiosa[15].
A este escrito hay que añadir una audiencia con el ministro que tendrá como propósito el seguir motivando su proyecto por estos jóvenes en peligro. Hablaron de diversos temas como las medidas de seguridad que habría para el cónclave y la obra de Valdocco, pero ‘’se habló finalmente bastante tiempo de los sistemas educativos’’[16] donde éste le pidió un programa de su sistema para examinarlo bien.
Así don Bosco envía una carta donde propone ‘’seis locales concretos-entre ellos, el edificio del renombrado instituto de San Michele a Ripa, y varios conventos abandonados-‘’[17] con el fin de recoger a otros muchos jóvenes pobres y abandonados como lo había hecho ya en sus dos primeras obras: ‘’la Casa anexa al Oratorio de San Francisco de Sales de Turín-Valdocco y la Escuela de artes y oficios de Génova-Sanpierdarena, fundada en 1872’’[18].
En la primera Conferencia de los Cooperadores en Roma se muestra confiado en la marcha de este proyecto diciendo:
‘’Los salesianos en lo que hacen ¿no encontrarán obstáculos ante las autoridades civiles?- No existe ese peligro […], porque la obra de los Salesianos y sus cooperadores tiende a fomentar las buenas costumbres, a disminuir el número de gamberros que, abandonados a sí mismos, corren gran peligro de ir a nutrir la población de las prisiones.’’[19]
Esta confianza se ve truncada y sin éxito, y por ello intenta, tras hablar con el Papa León XIII sobre el mismo propósito, enviar una carta al ministro del Interior Giuseppe Zanardelli por medio de Giovanni B. Aluffi, secretario general del ministerio. Pero de nuevo, su propósito ‘’quedó sin producir efecto’’[20].
Gracias a la carta escrita a el papa León XIII donde pone a disposición a los religiosos salesianos, a pesar de ‘’una grave dificultad en los medios materiales, con los que se debe fundar y sostener tal Instituto’’[21] don Bosco logra en 1889 abrir su primera obra en Roma. Así con el fin de construir la iglesia del Sacro Cuore en Roma, el papa pide a don Bosco su presencia en la capital de Italia.
A pesar de los
requisitos que don Bosco le pone logra abrir ‘’el hospicio del Sacro Cuore, vía
Marsala 42’’[22]
y conseguir su propósito. Aunque no logra por la vía laica conseguirlo,
finalmente gracias al papa lo logra, e incluso construye la Iglesia que León
XIII le pide que realice.
[1]Instituto Histórico Salesiano, Fuentes Salesianas. Don Bosco y su obra, Central Catequística Salesiana, Madrid 2015, 392.
[2] Ibídem 392.
[3] J.M. Prellezo, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Central Catequística Salesiana, Madrid 2012, 20.
[4] Ibídem 29.
[5] J.M. Prellezo, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Central Catequística Salesiana, Madrid 2012, 20.
[6] Ibídem 29.
[7] Ibídem 30.
[8] Instituto Histórico Salesiano, Fuentes Salesianas. Don Bosco y su obra, Central Catequística Salesiana, Madrid 2015, 397-399.
[9] Ibídem 397.
[10] Instituto Histórico Salesiano, Fuentes Salesianas. Don Bosco y su obra, Central Catequística Salesiana, Madrid 2015, 398.
[11] Ibídem 399.
[12] Ibídem 399.
[13] P. Braido, Juan Bosco, el arte de educar. Escritos y testimonios, Central Catequística Salesiana, Madrid 2003, 199.
[14] J.M. Prellezo, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Central Catequística Salesiana, Madrid 2012, 19.
[15] P. Braido, Juan Bosco, el arte de educar. Escritos y testimonios, Central Catequística Salesiana, Madrid 2003, 199.
[16] Ibídem 200.
[17] J.M. Prellezo, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Central Catequística Salesiana, Madrid 2012, 23-24.
[18] Ibídem 24.
[19] P. Braido, Juan Bosco, el arte de educar. Escritos y testimonios, Central Catequística Salesiana, Madrid 2003, 201.
[20] P. Braido, Juan Bosco, el arte de educar. Escritos y testimonios, Central Catequística Salesiana, Madrid 2003, 204.
[21] Ibídem 203.
[22] J.M. Prellezo, El Sistema Preventivo en la educación de la juventud, Central Catequística Salesiana, Madrid 2012, 27.