A los pies del río Po se encuentra el pequeño pueblo de Boretto, donde el 12 de octubre de 1880 Albina y Luis acogían en el seno de su familia a su tercer hijo. La pobre familia campesina empujada por la enorme crisis decidió emigrar como muchos millones de italianos y cruzaron el atlántico para instalarse en la ciudad argentina de Bahía Blanca. Era 7 de febrero de 1897 cuando la familia Zatti desembarcó en la ciudad que cambiaría sus vidas para siempre.

Pronto, Artemides y sus hermanos comenzarán a frecuentar la parroquia y el Oratorio, lugar donde el santo se encuentra con Carlos Cavalli, salesiano con el que iniciará un proceso de acompañamiento espiritual y un conocimiento profundo de don Bosco que lo llevará a querer ingresar en el aspirantado salesiano.

Bernal

Tenía 20 años cuando tuvo que apartarse de su familia y de su buen guía, y abandonando su trabajo en la fábrica de mosaicos marchó para ir a estudiar a Bernal. Allí el robusto campesino enfermó de tuberculosis cuidando a un joven sacerdote enfermo.

Viedma

En busca de un destino donde remediar su dolencia el joven fue trasladado a Viedma. Allí se encontraba el salesiano enfermero Evasio Garrone que pronto invitó a Artémides a ponerse en manos de María Auxiliadora: “Si ella te cura, dedicarás toda tu vida a estos enfermos”.

La sanación del joven marcó profundamente su vida, renunció al sacerdocio y profesó como salesiano coadjutor el 11 de enero de 1908.

Famacéutico y enfermero

Tras un periodo en la farmacia, su responsabilidad aumentó tras la muerte del amado don Garrone. Como buen samaritano consagró su vida a los pobres y enfermos, y los trató como si se trataran del mismo Jesús. Amplió el hospital, y no dudó nunca en recibir a aquellos más necesitados.

Roma

El incansable trabajo hospitalario cesó por primera vez en 1934. Volvió a su querida patria para encontrarse con el santo que cambió su vida. Viajó a Roma para asistir a la canonización de don Bosco. Después de arreglar los trámites pudo emprender el viaje hacia la ciudad eterna, donde junto a otros muchos salesianos pudo participar de la recepción papal el 2 de abril.

El paso por su pueblo le llenó el corazón que volvía repleto de agradecimiento. El 28 de abril de 1834 salió de Nápoles rumbo a su misión tras tres meses de ausencia.

Entrega final

Su vida entregada llegaba a su fin el 15 de marzo de 1951, tras seis meses de cáncer. Fue beatificado por Juan Pablo II en el año 2002 y canonizado por el papa Francisco el 9 de octubre del 2022. Su vida sencilla de fe, su buen humor y su cercanía nos animan hoy a seguir sus pasos hacia la felicidad plena.

Fotografías de su canonización el 9 de octubre de 2022:

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