La exhortación apostólica «Laudate Deum», publicada el 4 de octubre del 2023, por el papa Francisco en la fiesta de San Francisco de Asís, es una reflexión sobre la crisis climática. Esta carta conocida como Segunda parte de la Laudato Si’ (2015) aborda seis temas principalmente en sus seis partes: la crisis climática global, el paradigma teocrático, la debilidad de la política internacional, las conferencias sobre el clima: avances y fracasos, ¿qué se espera de la COP28 de Dubai? y las motivaciones espirituales.

Comienza y termina la exhortación haciendo referencia a la expresión que da título a la misma: «Alaben a Dios». Es el inicio del Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís.

Introducción (nº 1-4)

Consciente del deterioro del planeta el papa expresa su preocupación ante un cambio climático que afecta a la dignidad de la vida humana y golpea a los más vulnerables. El papa quiere completar lo dicho en la Laudato Si’ hace ocho años.

Parte I: La crisis climática global (nº 5-19)

El papa señala la evidencia del cambio climático con graves consecuencias (sequías, calor inusual, subida de temperatura…) (nº5).

  • Resistencias y confusiones

Frente a aquellos que se resisten a tal afirmación (nº 6-7) y a la falsa información que se genera (nº 8), el documento intenta expresar con realismo la realidad (nº 9-10).

  • Las causas humanas

La crisis climática tiene su origen en el ser humano (nº 11 y 14) conllevando a un proceso de aumento de temperatura y disminución glaciar considerable (nº 12), aunque esto despreocupe a los poderes económicos (nº 13).

  • Daños y riesgos

La irreversibilidad de algunas cuestiones parece evidente, mostrando que hemos dejado de ser compañeros de las demás criaturas (nº 15), y aunque no podemos detener el daño hecho, podemos evitar algunos (nº 16). El papa se niega al dramatismo (nº 17) era quiere mirar con realismo amplio los efectos negativos que estamos dejando al mundo (nº 18), un mundo que nos influye siempre, como hemos visto con el covid-19 (nº 19).

Parte II: Más paradigma tecnocrático (nº 20-33).

El papa va a denunciar el pensamiento de poder ilimitado que hay detrás del paradigma tecnocrático (nº 20), que sigue avanzo con nuevos desarrollos como la inteligencia artificial (nº 21), aunque los recursos que emplea no sean ilimitados (nº 22). El papa se pregunta sobre quién tiene ese poder (nº 23).

  • Repensar nuestro uso del poder

Invita a repensar el poder (nº28), cuyo aumento no supone progreso (nº 24) y cuyo fin no debe ser el provecho ilimitado (nº 25) sino que el ser humano debe integrarse en la naturaleza (nº 26) en un ambiente sano, como han hecho las culturas indígenas (nº 27).

  • El aguijón ético

El papa habla de la decadencia ética que se esconde detrás del marketing y la información falsa que lleva a enmascarar el daño de la casa común que les beneficia (nº 29-33).

Parte III: La debilidad de la política internacional (nº 34-43)

Defendiendo el favorecimiento de los acuerdos multilaterales (nº 34), el papa reivindica que las organizaciones mundiales puedan realmente ejercer autoridad para hacer cumplir objetivos (nº 35) y aprender de las crisis (nº 36).

  • Reconfigurar el multilateralismo

Reconociendo el bien que hacen agrupaciones más pequeñas y la población (nº 37) desafía a reconfigurar el multilateralismo global donde la sociedad puede superar las debilidades internacionales, defendiendo siempre la dignidad de la persona, con una mayor democratización y cooperación efectiva en temas ambientales, sociales y derechos humanos.

Parte IV: Las conferencias sobre el clima: avances y fracasos (nº 44-52). 

En este apartado, aun tratado de mantener un equilibro entre avances y fracasos, trata sobre diferentes conferencias donde los países han tratado la cuestión climática, y con perspectiva histórica corrobora cómo los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos (nº 52).  

Parte V: ¿Qué se espera de la COP28 de Dubai? (nº53-60)

Aunque muestra serias dudas sobre la futura COP28, el Papa no deja de mostrar su sueño a que realmente sea un punto de inflexión hacia una transición energética. Insta a tomarnos enserio el asunto, no como un tema simplemente ambiental o con soluciones técnicas, sino como un problema humano y social que requiere la participación de todos. Insta a los líderes a pensar en el bien común y el futuro de sus hijos, en lugar de sus interés circunstanciales.

Parte VI: Las motivaciones espirituales (nº61-73). 

En esta apartado va a recordar a los católicos las “motivaciones que brotan de la fe” (nº61) para justificar todo lo dicho. 

  • A la luz de la fe. 

A través de la fundamentación bíblica (Gn 1,31; Dt 10,14 y Lv 25,23) insta a la responsabilidad (nº 62). Añade otros motivos para ello como la evidencia de la desaparición de especies (nº63), la capacidad del propio Jesús a estar en contacto con la naturaleza (nº 64), la nueva presentación luminosa de las cosas tras la resurrección y la creación que señala su Amor infinito.(nº65). 

  • Caminar en comunión y compromiso.

Partiendo de la idea del mundo como “zona de contacto” (nº 66) y de un “antropocentrismo situado” reflexiona sobre la comunión existente entre todos los seres y el conjunto de la creación (nº 67), con una imagen del ser humano no como “autónomo, ilimitado” sino “más humilde” (nº 68). Concluye su carta invitando a la “reconciliación con el mundo” con sinceridad y búsqueda de soluciones (nº 69) y a trabajar entre todos (nº 70) desde los esfuerzos personales (nº 71).

Frases: 

  • Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre (nº 2).
  • Es indudable que el impacto del cambio climático perjudicará de modo creciente las vidas y las familias de muchas personas (nº 2).
  • Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes (nº 5)
  • La realidad es que un bajo porcentaje más rico del planeta contamina más que el 50% más pobre de toda la población mundial (nº 9)
  • Millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva. Por otra parte, la transición hacia formas renovables de energía, bien gestionada, así como todos los esfuerzos de adaptación a los daños del cambio climático, son capaces de generar innumerables puestos de trabajo en diferentes sectores. Esto requiere que los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello (nº 10).
  • No se puede dudar del origen humano —“antrópico”— del cambio climático (nº 11).
  • En los últimos cincuenta años la temperatura aumentó con una velocidad inédita, sin precedentes en los últimos dos mil años (nº 12).
  • Lamentablemente la crisis climática no es precisamente un asunto que interese a los grandes poderes económicos, preocupados por el mayor rédito posible con el menor costo y en el tiempo más corto que se pueda (nº 13).
  • Este es un signo entre tantos otros de que las demás criaturas de este mundo han dejado de ser compañeros de camino para convertirse en nuestras víctimas (nº 15).
  • Urge una mirada más amplia que nos permita no sólo admirarnos por las maravillas del progreso, sino también es apremiante prestar atención a otros efectos que probablemente ni siquiera podían imaginarse un siglo atrás (nº 18).
  • Esto me permite repetir dos convicciones en las cuales insisto hasta el cansancio: “todo está conectado” y “nadie se salva solo” (nº 19).
  • Todo lo que existe deja de ser un don que se agradece, se valora y se cuida, y se convierte en un esclavo, en víctima de cualquier capricho de la mente humana y sus capacidades (nº 22).
  • No todo aumento de poder es un progreso para la humanidad (nº 24).
  • En contra de este paradigma tecnocrático decimos que el mundo que nos rodea no es un objeto de aprovechamiento, de uso desenfrenado, de ambición ilimitada (nº 25).
  • Un ambiente sano también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente, como ocurre en las culturas indígenas (nº 27).
  • La lógica del máximo beneficio con el menor costo, disfrazada de racionalidad, de progreso y de promesas ilusorias, vuelve imposible cualquier sincera preocupación por la casa común y cualquier inquietud por promover a los descartados de la sociedad (nº 31).
  • El mundo se vuelve tan multipolar y a la vez tan complejo que se requiere un marco diferente de cooperación efectiva (nº 42).
  • Los acuerdos han tenido un bajo nivel de implementación porque no se establecieron adecuados mecanismos de control, de revisión periódica y de sanción de los incumplimientos (nº 52).
  • Decir que no hay nada que esperar sería un acto suicida, porque implicaría exponer a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, a los peores impactos del cambio climático (nº 53).
  • Si confiamos en la capacidad del ser humano de trascender sus pequeños intereses y de pensar en grande, no podemos dejar de soñar (nº 54).
  • Lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer (nº55). 
  • Necesitamos superar la lógica de aparecer como seres sensibles y al mismo tiempo no tener la valentía de producir cambios sustanciales (nº56). 
  • Corremos el riesgo de quedarnos encerrados en la lógica de emparchar, colocar remiendos, atar con alambre, mientras por lo bajo avanza un proceso de deterioro que continuamos alimentando (nº57).
  • Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve (nº57).
  • Si hay un interés sincero en lograr que la COP28 sea histórica, que nos honre y ennoblezca como seres humanos, entonces sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente (nº 58).
  • Terminemos de una vez con las burlas irresponsables que presentan este tema como algo sólo ambiental, “verde”, romántico, frecuentemente ridiculizado por los intereses económicos. Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos (nº 58).
  • Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo (nº 60)
  • Esta responsabilidad ante una tierra que es de Dios implica que el ser humano, dotado de inteligencia, respete las leyes de la naturaleza y los delicados equilibrios entre los seres de este mundo (nº 62)
  • No es irrelevante para nosotros que desaparezcan tantas especies, que la crisis climática ponga en riesgo la vida de tantos seres (nº 63) 
  • El mundo canta un Amor infinito, ¿cómo no cuidarlo? (Nº 65)
  • El paradigma tecnocrático nos puede aislar del mundo que nos rodea, y nos engaña haciéndonos olvidar que todo el mundo es una “zona de contacto” (nº 66)
  • La vida humana es incomprensible e insostenible sin las demás criaturas, porque «todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles (nº 67)
  • El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura. Este solo hecho de modificar los hábitos personales, familiares y comunitarios alimenta la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos (nº 71).
  • Un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo (nº 73). 

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