Introducción: Un legado para las generaciones futuras.
Uno de los rasgos más distintivos del Papa Francisco desde el inicio de su pontificado ha sido su preocupación por los más pobres y marginados, y su compromiso con la labor misionera. En este contexto, resulta relevante destacar una de las primeras referencias que hizo de los misioneros salesianos en una entrevista con el jesuita Antonio Spadaro en 2013 en Santa Marta el 19 de agosto.
En la entrevista, publicada el 21 de septiembre de 2013, Francisco habla sobre el significado de «sentir con la Iglesia» de san Ignacio de Loyola y defiende la fecundidad de la Iglesia a través de la historia de vida de los misioneros salesianos que fueron a la Patagonia. El Papa destaca la labor de estos misioneros, que dedicaron sus vidas a los más necesitados, llevando la palabra de Dios a lugares remotos y difíciles. Las palabras que encontramos arriba, que recogen esta referencia en la entrevista, no son más que una de las muchas muestras de su admiración por la labor misionera de los salesianos, salesianas y toda la familia salesiana en el mundo, y su compromiso con la justicia social y la solidaridad con los más necesitados, sobre todo los jóvenes. Asimismo, demuestra su reconocimiento hacia esta Congregación religiosa que ha dedicado su historia a la educación y evangelización de jóvenes y a la atención de los más pobres y marginados.
Estas páginas recogen las intervenciones más importantes que durante los diez años del pontificado de Francisco (2013-2023) hacen referencia a los salesianos, salesianas y miembros de la Familia Salesiana.
A punto de ponerme de rodillas para repetir «mis tres ave marías» antes de entregarme al sueño reparador. Tengo 85 años, entre los 11 y 16 pasé cinco bajo un mismo techo con María Auxiliadora y Juan Bosco. Supe del afecto de Juan por los niños vagabundos que recogió en las calles de Turín, fueron sus discípulos a quienes enseño el catecismo, los cánticos salesiana, la misa en latín, el Amor a Dios, a los desvalidos, a los más ignorantes y esa fue la semilla para enviar al mundo a sus misioneros. De entre ellos unos 20 llegaron a Bolivia, allí fundaron las escuelas de Artes y Oficios en Sucre y La Paz, una escuela agrícola en Santa Cruz, otra en Cochabamba, hoy persiste la acción eclesial, educativa y solidaria de sus misioneros de forma incesante. «Da mi ánimas caetera tolle» su plegaria al Creador, «dadme alma…» que hoy persiste y «lleváos lo demás». Mi plegaria le sigue dádme el amor de mis hijos convertido en Fe profunda y verdadera, lo demás es secundario.