Adelaida Ripoll Cuetos es una dramaturga madrileña de trayectoria consolidada y bastante conocida, descendiente de famosos como Concha Cuetos (actriz) y Manuel Ripoll (director).

A trabajo como actriz, escenógrafa y autora, así como la asunción de la dirección del Centro Dramático Nacional y la Compañía de Teatro Clásico. Ha sido fundadora junto con otros compañeros, de Producciones Micomicón con una gran cantidad de espectáculos por todo el mundo. Es Premio Nacional de Literatura Dramática en 2015 y Premio Max por su obra El triángulo Azul.

La obra Los niños perdidos que estamos analizando fue representada en 2005 en el Teatro María Guerrero, siendo la primera vez que una mujer española formaba parte de la programación del Centro Dramático Nacional. El argumento de la obra es la historia de los hijos de los republicanos que durante la dictadura franquista fueron ingresados en albergues, asilos, conventos… Se llaman niños perdidos porque fueron arrebatados a sus padres, cuya huella se intentó eliminar. La autora reivindica el trato digno que merecen las víctimas de esta desmemoria histórica. La obra da voz propone una reflexión sobre la culpa y elige las figuras indefensas de los niños que no pudieron contar su versión de los hechos. Estos niños, que ya han crecido, ahora denuncian mediante la voz de Tuso, un deficiente de cincuenta años que, fruto de una alucinación, rememora cómo jugó en un hospicio con unos niños que fueron condenados a muerte por inanición y maltrato.

Uno de ellos, Cucachica, había recibido como castigo el encierro por parte de una religiosa, que lo torturó hasta tirarlo por la ventana y dio una paliza mortal a Lázaro y el Marqués. En venganza Tuso la empujó escalera abajo. La obra denuncia cómo fueron desvinculados de su identidad legítima. La obra muestra muchas de las facetas de estos chicos donde se vulneraron sus derechos. En concreto, los cuatro chicos internados en orfanatos debían ser reeducados en las ideas de sus verdugos.

En este fragmento nos encontramos con el diálogo de los tres principales protagonistas de la historia, los niños perdidos, llamados Tuso, Lázaro y el Marqués. En él hay muchas referencias a situaciones históricas que la autora ha tomado como contexto de referencia. Ejemplos son: ‘’vinieron a casa unos falangistas’’, ‘’nos quedamos por ahí, por la calle, comiendo basuras’’, ‘’había montones de muertos en las aceras’’…

Así el primer epígrafe que podemos relacionar del tema con el fragmento es el 3.1.1. titulado ‘’Breve definición de teatro histórico’’. Los niños perdidos es una obra que pertenece al teatro histórica ya que lleva a cabo una profunda reflexión acerca de la historia desde el punto de vista teatral. Busca profundizar en la materia seleccionando y dramatizando lo que se considera más significativo de una época. Parte de que el público tiene unas ideas preconcebidas sobre un periodo y sobre las figuras históricas.

En este fragmento la autora nos quiere mostrar la cruda realidad de unos niños que por nacer en familias republicanas han sido encerrados en un asilo donde fueron reeducados. Son niños que sufren tal explotación y violación de sus propios derechos que llegan incluso a morir como si no hubieran existido nunca.

Como encontramos en este epígrafe, la autora cumple con todos los motivos de este género, como son: mostrar otra versión de los hechos diferente a la oficial, trata de impresionar al público con ambientaciones exóticas y decorados suntuosos, recurrir a otras épocas, mirada diferente de la realidad, y la intención didáctica.

En el epígrafe 3.1.4. encontramos el tema de la ‘’elección del género como clave en la escena contemporánea’’. En este epígrafe se nos narra los diferentes períodos históricos escogidos por los autores según las distintas épocas en las que vivían. No encontramos el período en el que se inscribe la obra Los niños perdidos  ya que es en el año 2005. Sin embargo, podríamos encasillarlo en el período que va desde el año 1982 a 1987. Durante estos años los autores inspiran sus obras en el período de la guerra civil y posguerra, en el que también se inspira esta obra.

Nos encontramos en la obra en el contexto de guerra civil y posguerra donde los descendientes de familias republicanas eran ingresados en conventos y orfanatos. Estos niños, que eran arrebatados de las manos de sus padres, fueron eliminados de la sociedad mediante una serie de internamientos y métodos de reeducación.

El epígrafe que más relación tiene con el fragmento es el 3.3.2. ‘’Teatro histórico creado por dramaturgas españolas contemporáneas’’. Adelaida Ripoll Cuetos es una de las dramaturgas españolas contemporáneas, en este caso un madrileña de una gran trayectoria, que ha recibido dos galardones importantes como son el premio Nacional de Literatura Dramática en 2015 y el premio Max por su obra El triángulo Azul.

Junto a otras autoras, Laila ha tenido que hacer frente a nuevas censuras y están aportando nuevos textos muy valiosos a nuestro panorama dramático. Una de las censuras con las que se tuvieron que enfrentar fue la creencia de que el lenguaje violento no era propio de mujeres (en este caso el de la monja), la creencia de que las mujeres dejaban su rol de ama de casa. Esta autora destaca por su intensa vinculación con la actividad teatral latinoamericana.

Junto a otras dramaturgas Laila respalda nuevas miradas sobre el entorno político, económico, histórico y cultural. En la esfera pública defiende los derechos sociales y ciudadanos, tiene una gran actualidad ya que denuncia el abuso en la época sobre los menores indefensos, no hay tabúes, y sobre todo, reivindica el protagonismo histórico de las mujeres y de las víctimas infantiles de la represión.

En la esfera doméstica nos muestra cómo las mujeres son las únicas cuidadores de menores, enfermos y mayores, y las desiguales concepciones de los roles de convivencia. En la esfera privada nos encontramos con la recreación de un espacio interior, relaciones enfermizas, nuevos elementos de tiranía, lenguaje infantil y mordaz, alusión a colectivos especialmente vulnerables, como víctimas del maltrato y de la explotación sexual, personas ancianas, de etnias minoritarias o menores de edad.

En relación al tema 4, titulado ‘’Estudio y análisis de piezas teatrales de las últimas décadas’’ y como conclusión podemos decir que es un teatro dedicado a los descendientes de familias republicanas que fueron ingresados en conventos y orfanatos durante la guerra civil y la dictadura franquista. Serían llamados niños perdidos porque fueron arrebatados a sus parientes y su huella intentó ser borrada. La obra reivindica el trato digno que merecen las víctimas de esta desmemoria histórica orquestada por un gobierno autoritario. Y se reivindica el trato digno de estos indefensos porque fueron maltratados, se les hizo pasar hambre… En el fragmento, podemos percibir todas las penurias que pasaron: ‘’ a mis hermanas se las llevaron a unas monjas’’, ‘’nos quedamos comiendo basuras y durmiendo en el portal’’, ‘’me metieron en un tren y me llevaron a un asilo’’, ‘’me acaban poniendo el nombre que les da la gana’’…

La obra da voz aquellos niños, que son las figuras más indefensas, que no pudieron contar su versión de los hechos en aquella época. Gracias a que ellos crecieron, fueron capaces de recordar y denunciar aquellos delitos. Esta denuncia se hace a través de Tuso, un deficiente de cincuenta años que, debido a una alucinación, rememora cómo jugó en un hospicio con unos niños que fueron condenados a muerte por inanición y maltrato.

Cucachica, compañero de Tuso, había recibido como castigo el encierro de una monja ciega, que lo torturó hasta tirarlo por la ventana y dio una paliza mortal a sus compañeros Lázaro y el Marqués. En venganza, Tuso la empujó escaleras abajo. La obra denuncia cómo esos niños fueron desvinculados de su identidad, al ser separados de sus padres republicanos. Mediante la reeducación llegaron a ser educados para odiar a sus familias.

La obra presta sus elocuciones a quienes vivieron encerrados, pasando frío y hambre, faltos de higiene, aterrorizados e insultados por una supuesta mala educación debida a las posiciones políticas de sus familias. Tampoco los deportados al extranjero durante la guerra civil quedaron libres de este secuestro. De igual modo, vulnerando sus derechos, otros muchos fueron repatriados, no devolviendo los menores a sus familias biológicas si las consideraban no aptas.

En la obra, estos cuatro chicos a pesar de ser internados para ser reeducados en las ideas en contra de sus familias, se mofan de las órdenes que les dan, y a través del teatro son capaces de hacer una parodia de todo lo escuchado. Al fin y al cabo, son niños. Tras ser encerrados en el desván para que les sean infligidos los castigos, ellos se rebelan fantaseando sin resignarse a perder su inocencia, sus miradas cómplices y conciliadoras. Una puerta, una ventana, un armario y unas vigas de madera componen el escenario de historia.

Me ha parecido una obra bastante interesante, ya que es capaz de conjugar la dura realidad de aquella época que vivían muchos niños y niñas en España. Una realidad expresada con objetividad y valentía, pero que no deja de tener una parte irónica. La autora conjuga su repulsa hacia todos los actos cometidos en esta época, pero a su vez es capaz de ironizar sobre aquella realidad, para que al igual que los niños, nosotros seamos capaces de mirar hacia un futuro más integrador, donde seamos capaces de relativizar el mal cometido por los otros y darnos cuenta de cuál es la verdad de las cosas ocurridas para sanarlas.

Bibliografía

GARCÍA-PASCUAL, Raquel. Dramaturgas españolas en la escena actual

ROMERA CASTILLO, José. Teatro español entre dos siglos a examen.

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