Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto para ser y, en tanto somos, dar un “sí” que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, la poesía no puede ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mi a cuantos sufren y canto respirando. Canto y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.

COMENTARIO DE TEXTO

  • Localización del texto:

Nos encontramos ante un fragmento del poema titulado ‘’La poesía es un arma cargada de futuro’’ del célebre escritor español Gabriel Celaya. Es un poema que pertenece al género lírico y a la poesía comprometida. Esta obra lírica compuesta por terco verso martilleante, como dice el autor, de distintas medidas, se inserta dentro del período de la poesía social de los años cincuenta. En ella defiende la belleza de la poesía que él considera como auténtica. Por otro lado critica la poesía que busca una belleza idealizada, que en realidad no refleja la cruda realidad que rodea al autor, sino realidades superfluas y más allá de la realidad.

Este autor destaca dentro de la poesía comprometida, en la época de la posguerra. A pesar de que en su primera etapa como escritor se preocupara por el existencialismo, será en el año 1955, cuando con su obra Cantos Iberos fije la tendencia social de la poesía española durante los años 50. Esta poesía tendrá como finalidad la muestra de disconformidad del autor con la realidad. Así, como el mismo título indica, para el autor la poesía será esa arma cargada que tiene futuro.

Este poema, por tanto, pertenece al poemario Cantos Íberos, publicado en 1955. Clara es la intención del autor al escribir este tipo de poesía, reflejada en estas dos sencillas frases provenientes de él mismo en la nota de su libro: La poesía es un arma cargada de futuro, que da título al poema, y La poesía es un instrumento entre otros, para transformar el mundo.

Su poesía comprometida, por tanto, refleja la intención del autor de defender la validez de la poesía social en un periodo de posguerra, caracterizado por el escepticismo y la crisis social.

El autor Gabriel Celaya nació en el año 1911 en Hernani (Guipúzcoa), inició sus estudios de ingeniería en Madrid. Es uno de los autores más importantes de la literatura iniciada tras la Guerra Civil española. Se casó con Amparo Gastón con la que fundó la colección de poesía Norte.

Como hemos dicho, pertenece al movimiento social de los años 50, y junto con Blas de Otero y Vicente Aleixandre, en el que lo colectivo comienza a tener más importancia. Esta poesía social, plasmada mediante la estética del compromiso, tiene entre sus obras más importantes Lo demás es silencio (1952) y Cantos Iberos (1955), esta última es la obra que contiene el fragmento que estamos analizando y en la que nos centraremos.

Tras un gran número de premios y de obras, la ciudad de Madrid contempla el final de los días del poeta, que fallece en 1991.

  • Tema y estructura del texto

El poema se titula La poesía es un arma cargada de futuro y su contenido se ajusta perfectamente a este título. El tema del poema es la poesía auténtica como herramienta de transformación social y política.

Si atendemos a la estructura, el fragmento que encontramos se divide en cuatro estrofas.

En la primera estrofa, que va desde ‘’Poesía para el pobre’’ hasta ‘’ que glorifica’’,  encontramos la defensa de la necesidad de la poesía en la vida de las personas. Para el autor la poesía es tan necesaria como el pan y el aire.

En la segunda estrofa, que va desde ‘’Porque vivimos a golpes’’ hasta ‘’ tocando el fondo’’,  el autor explica el porqué de esta necesidad de poesía. Se encuentra con un vida dura después de la guerra, donde hablar era una especia de delito, sobre todo de algunos temas e ideas, de ahí que diga ‘’apenas si nos dejan decir que somos quien somos’’. El poeta sufre el hecho de no poder decir lo que piensa e incluso decir lo que es. Además explica su concepción de la poesía, que no es simplemente un adorno, sino que tiene que servir para algo más.

En la tercera estrofa, que va desde ‘’maldigo la poesía’’ hasta ‘’ partido hasta mancharse’’, Celaya muestra su rechazo hacia la poesía estética o ‘’poesía concebida como un lujo cultural’’, y a la neutralidad cuando dice ‘’neutrales que lavándose las manos, se desentienden y evaden. Así el autor maldice a aquellos que se preocupan simplemente de buscar una belleza ideal dentro de sus poemas en lugar de denunciar el mal social que los rodea. La poesía no será para el autor, un género vacío, escondido en su belleza, sino que es un instrumento, que desnudo de todo, es capaz de servir de protesta social con el que ‘’mancharse’’ ideológicamente.

En la cuarta estrofa el autor, con empatía, intenta escribir una poesía por ‘’cuantos sufren’’. Es capaz de extender su poesía más allá de sus propios sentimientos y ‘’penas personales’’, para identificarse con los demás.

  • Estilo literario del texto.

El fragmento está formado por cuatro estrofas de cuatro versos cada una. Se usa el verso libre, aunque algunos versos riman de forma asonante, como entre los versos 2 y 4 (día-glorifica), versos 6,7 y 8 (somos, adorno, fondo). Predominan los versos alejandrinos entre los versos 5 al 16.

En cuanto a los recursos literarios encontramos una gran cantidad.

En los versos 1 y 2 encontramos un encabalgamiento: poesía necesaria/como el pan de cada día. Además en los versos 2 y 3 encontramos una anáfora con como para hacer referencia a dos realidades iguales: el pan y el aire. Estas dos realidades se comparan con un mismo referente: la poesía necesaria.

En el cuarto verso encontramos un poliptoton donde se emplea la misma palabra en distintas formas para dotar de musicalidad al verso con ser y somos.

De nuevo encontramos un encabalgamiento en los versos 5 y 6: porque vivimos a golpes, porque apenas nos dejan/ decir que somos quienes somos. Así como la repetición de la palabra somos. El verso 7 está dotado de un hipérbaton para dar ritmo al verso, en lugar de ponerlo sintácticamente como se haría: la poesía no puede ser un adorno sin pecado.

La anáfora que encontramos entre los versos 9 y 12 confiere énfasis al hecho de refutar la poesía estética. Así se usa dos veces la palabra maldigo. De nuevo otro encabalgamiento entre las estrofas 9 y 10.

Por último, encontramos en la última estrofa un polisíndeton, o repetición del nexo y: Canto y canto, y cantando. Además se usa de nuevo el poliptoton con canto y cantando. Estos dos recursos se usan para  dar una gran musicalidad y ritmo a los versos. Por otro lado, encontramos de nuevo el encabalgamiento en: cantando más allá de mis penas/ personales, me ensancho.

  • Valoración personal.

Este poema tiene una gran actualidad, en una época en la que poesía no sólo está relegada a un ámbito pequeño de lectores, sino que es poco usada para denunciar la realidad actual. En un mundo donde se siguen dando muchas guerras, no sólo en Venezuela, sino en otras partes del mundo como Yemen y otros países, un mundo donde cada vez hay más racismo, discriminación, pobreza…

No podemos dejar de usar la poesía para denunciar estas realidades que acechan la vida de muchos seres humanos por todo el mundo. No sólo la poesía vuelve a ser importante, sino que la poesía debe seguir siendo importante para denunciar toda clase de violencia, sea a menores indefensos, mujeres vulnerables, ancianos desatendidos…

Es una idea genial la de Celaya la de abogar por una poesía que defienda los derechos de las personas, una poesía que evite la superficialidad y sepa ahondar en los problemas de todos los ciudadanos y ciudadanas del mundo que sufren.  La poesía tiene que ser para el pobre, para aquel que no tiene nada.

Además, vivimos en una sociedad donde la lectura, y mucho más la lectura de la poesía es cada vez menor. Tenemos que defender nuestra literatura, la pasión por leer poemas, las ganas de seguir escribiendo buena poesía, pero no por su simple belleza en sí, sino porque es un instrumento útil para denunciar la realidad que se vive en muchas partes del mundo, una poesía que tiene que removernos por dentro y sensibilizarnos por la realidad de los demás. Una poesía que sirva a la gente para expresar sus sentimientos, allá donde se sufre la opresión de gobiernos que no dejan hablar, de personas intolerantes que intentar imponer sus ideas y no te aceptan.

Necesitamos poetas que quieran tomar sus vidas enserio, y no simplemente evadirse de la realidad. Poetas que sepan describir y exponer con fidelidad aquello que sus conciudadanos y amigos sienten en aquellos sitios donde se sufre cualquier tipo de explotación. Poetas que más allá de su propia satisfacción personal, sepan abrir sus miradas y ahondar en la realidad que los rodea.

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